Vertismed Chile | ¿Qué me asombró de “OLAS STUDY”?

¿Qué me asombró de “OLAS STUDY”?

Tiempo de lectura: 4 minutos

Autor: Dr. Alejandro Yenes Moerbeck, Presidente Sociedad Latinoamericana Ateroesclerosis. Presidente Fundación Chilena Hipertensión Arterial

Mucho se ha discutido, si el Síndrome Metabólico es o no un síndrome, o se trata más bien de una constelación de factores de riesgo. La verdad sea dicha, ello… es solo una discusión semántica, lo trascendente es que expandió nuestra visión respecto a un grupo creciente de individuos que sumaban aceleradamente condiciones de riesgo sinérgicas (más que simplemente aditivas). Culminando con severa pérdida de tiempo y calidad de vida.

Su etiología si bien es cierto, tiene un trasfondo genético, este último no es tan trascendente como su componente ambiental.

Su eje común es la actividad inflamatoria relacionada a la Insulino-resistencia, disfunción endotelial y exacerbación del fenómeno aterotrombótico.

Por todo lo anterior, el manejo clínico de estos pacientes no se remite entonces a solo la normalización tensional, adquiriendo un rol protagónico el control de los mecanismos involucrados.

La prevalencia del síndrome metabólico (SM) en pacientes con hipertensión esencial es muy alta, y se ha estimado que aproximadamente el 50%1 de los pacientes hipertensos con SM, tienen un riesgo cardiovascular (RCV) mucho mayor que sus contrapartes sin SM2, y también tienen un riesgo particularmente alto de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (DM2)3. Además, la elección de la terapia antihipertensiva puede tener un gran impacto en el riesgo de desarrollo de DM24.

El Estudio OLAS fue concebido bajo un prisma futurista que le otorga hoy en día, un vigor contundente dando norte a nuestra intervención médica, bajo el alero del control del riesgo global.

“OLAS” analiza los efectos del tratamiento con olmesartán/amlodipino y olmesartán/hidroclorotiazida en parámetros inflamatorios y metabólicos (incluida la diabetes de nueva aparición como objetivo secundario) en pacientes hipertensos no diabéticos con síndrome metabólico (SM). Un total de 120 pacientes con SM e hipertensión en estadio I y II fueron aleatorizados a olmesartán 20 mg/amlodipino 5 mg u olmesartán 20 mg/hidroclorotiazida 12,5 mg. Si no se alcanzó la presión arterial sistólica objetivo (= 140 mm Hg), las dosis se duplicaron desde la semana 13, doxazosina 4 mg fue adicionado después de la semana 26. El seguimiento terminó a las 78 semanas.

La PA se redujo de manera similar en ambos grupos. El 80% de los pacientes alcanzaron el objetivo de PA.

Sólo olmesartán/amlodipino redujo el índice de resistencia a la insulina (24%, P < 0.01), aumentó la adiponectina plasmática (16%, P < 0.05) y redujo significativamente todos los marcadores de inflamación estudiados, excepto PCR, que mostró una reducción similar en cada grupo.

El riesgo de diabetes de nueva aparición fue significativamente menor con olmesartán/amlodipino (P = 0.02). Ambas combinaciones a base de olmesartán fueron eficaces, pero la combinación de amlodipino dio lugar a efectos metabólicos y antiinflamatorios que pueden tener ventajas sobre la combinación con hidroclorotiazida.

Comentario

Las guías internacionales actuales5,6,7,8 , en su compilación de antecedentes están fuertemente influenciadas por estudios similares a OLAS, ello se rubrica por la indicación de privilegiar el uso de combinaciones en una sola píldora incitando asociar un fármaco que actúe sobre el sistema renina angiotensina aldosterona, sumado a la elección de un diurético tipo tiazídico o un bloqueador cálcico tipo amlodipino.

La innovación la aportó, la última Guía Internacional de la Sociedad Internacional de Hipertensión publicada en junio 2020, la cual, es aún más atrevida, proponiendo escoger para la asociación en forma privilegiada, un amlodipino por sobre una tiazida precisamente por los factores metabólicos como ya lo había reconocido el estudio OLAS.

Mi visión personal coincide con esta posición. Siendo predominantes en el grupo de los hipertensos, la incidencia en mayor o menor medida de los parámetros que definen el síndrome metabólico. La elección en una sola píldora de olmesartán y amlodipino me ofrece la seguridad, potencia y además protección del eje cardio-renal, ofertado desde olmesartán con su “plus metabólico”, que se refuerza con la potencia de amlodipino, el cual también tiene demostraciones antiinflamatorias, reservando entonces, la asociación con tiazidas para intolerantes de amlodipino o pacientes con evidencias de retención hídrica.

 

Referencias:

  1. Barrios V, Escobar C, Calderón A, Llisterri JL, Alegría E, Muñiz J et al. Prevalence of the metabolic syndrome in patients with hypertension treated in general practice in Spain: an assessment of blood pressure and low density lipoprotein cholesterol control and accuracy of diagnosis. J Cardiometab Syndr 2007; 2: 9–15.
  2. Schillaci G, Pirro M, Vaudo G, Gemelli F, Marchesi S, Porcellati C et al. Prognostic value of the metabolic syndrome in essential hypertension. J Am Coll Cardiol 2004; 43: 1817–1822.
  3. Liu SJ, Guo ZR, Hu XS, Wu M, Chen FM, Kang GD et al. Risks for type-2 diabetes associated with the metabolic syndrome and the interaction between impaired fasting glucose and other components of metabolic syndrome the study from Jiangsu, China of 5 years follow-up. Diabetes Res Clin Pract 2008; 81: 117–123.
  4. Elliott WJ, Meyer PM. Incident diabetes in clinical trials of antihypertensive drugs: a network metaanalysis. Lancet 2007; 369: 201–207.
  5. Hypertension June 2018, Whelton et al 2017 High Blood Pressure Clinical Practice Guideline.
  6. Hypertension in adults: diagnosis and management, NICE guideline (NG136)
  7. European Heart Journal:doi/10.1093/eurheartj/ehy339
  8. Hypertension. 2020;75:1334–1357

 

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